martes, 27 de octubre de 2015

Enfoque positivista de la contabilidad

El enfoque positivista de la contabilidad ha sido la piedra en el zapato para algunos investigadores de la ciencia contable, puesto que esta por su carácter social, según ellos, esta más ligada al enfoque normativista, es por eso, que a través de este artículo se procura resaltar la importancia que tiene la conjugación de estos dos enfoques en el campo contable, dejando claro que no se pretende ligar el uno con el otro.
Difícilmente se podrá encaminar la contabilidad por una sola vía, ya sea positivista o normativista, puesto que para el desarrollo de la profesión se necesita el criticismo de ambos enfoques. Es necesario establecer la comparación dentro de los mismos, para una mejor comprensión de cada uno.
Introducción
El termino positivista fue utilizado por primera vez por el filosofo y matemático francés del siglo XIX Auguste Compte, quien afirmaba que cada una de las ciencias o ramas del saber debe pasar por tres estadios teóricos diferentes: el teológico o estadio ficticio; el metafísico o estadio abstracto; y por el último el científico o positivo (Compte, 1984, p. 27)
Este filósofo es considerado el padre de la sociología, intenta llevar al estado positivo el estudio de la humanidad, interesándose por la reorganización de la vida social para el bien de los individuos a través del conocimiento científico.
El positivismo no puede ser una camisa de fuerza en ninguna ciencia social, ya que los investigadores son libres de escoger los instrumentos, elementos, teoría, etc., que crean necesarios para el desarrollo de sus investigaciones.

El Positivismo

El positivismo en contabilidad hace referencia a la observación de los hechos económicos de manera objetiva, donde se visualiza la contabilidad como es; no admite como válidos otros conocimientos, sino los que proceden de la experiencia, rechazando de esta manera toda concepción absolutista e idealista. El hecho, es la única realidad científica.
Los positivistas renuncian a lo que es vano conocer y buscan los hechos y las leyes de los fenómenos y no las causas ni los principios de los mismos, dejando que la imaginación sea subordinada por la observación. Es por eso que logran esas leyes y las poseen con tal precisión y certeza que permiten, explicar y predecir las manifestaciones que se desarrollan en la disciplina contable.
La teoría general positiva, tiene inmersos unos elementos (número, valor, unidad monetaria, intervalo de tiempo, objetos económicos, sujetos económicos, conjunto, relaciones)[1] los cuales son comunes en todos los sistemas contables, estos se desarrollan para resolver los problemas del entorno (practico-normativo) sea este económico, social o cultural.
En un sistema contable la teoría general y el entorno deben ser congruentes, para poder satisfacer las necesidades de los usuarios de la información y de esta manera lograr que el sistema sea exitoso.
La siguiente apreciación deja al descubierto una de las grandes actitudes positivistas de la contabilidad; esta ciencia llega a dirimir todo juicio de valor en la elaboración de la teoría general contable, solo se remite a hechos y a las investigaciones que se puedan confrontar con la realidad, no permite la intromisión de una investigación normativa.

Regulación Contable

La regulación contable es un proceso que se basa en hechos reales para la aplicación de normas, positivas y normativas. Estas normas, códigos, decretos y leyes están creados de una manera muy limitada, imposibilitando una mejor aplicación de la información de acuerdo a la realidad económica; es decir; están elaborados fundamentalmente para la teneduría de libros y registros de las transacciones de los entes, en ocasiones ignorando acontecimientos importantes que por ultimo se ven reflejados en los Estados Financieros; según Sorter y Gans la regla contable ha de ser aceptada por adecuada, mas que adecuada por ser aceptada. (Valmayor y Cuadrado, 1999, p.107). Lo anterior se ha enfocado hacia una teoría positiva.
La emisión de normas debe cumplir con la uniformidad contable en la cual se puede utilizar el método inductivo, el que, aplicado al ámbito positivista establece cuatro etapas: a) observación y registro de los hechos: b) análisis y clasificación de los mismos: c) conclusiones generalizadas a través de la derivación inductiva, y d) contrastación de las conclusiones; o se puede utilizar las fases que establece Richard Mattessich sobre esta cuestión: – observación, experimentación y diseño, – descripción cualitativa y cuantitativa, – generalización, – análisis, – interpretación y construcción del modelo, – comprobación y revisión (Valmayor y Cuadrado, 1999, p. 106-107) ; en ambos métodos el investigador aplica juicios de valor al seleccionar los hechos observados (relación entorno – empresa) y al hacer la interpretación y construcción del modelo.
Los investigadores actúan normativamente en el proceso de emisión de una nueva regla o norma contable, pero después de emitidas las normas o reglas contables su aplicación es sobre lo que <> ya que estas son limitadas, aunque hay algunas excepciones donde las normas son mas flexibles y el contador puede aplicar, según su conocimiento o experiencia lo que mejor le convenga a la empresa para su desarrollo económico y competencia en el mercado; aquí el contador ya tiene un pensamiento normativo y demuestra que la contabilidad no es solo una teneduría de libros, si no una ciencia que nos permite conocer y tomar decisiones económicas, que ayudan a incrementar las utilidades y a darle solidez a la empresa.
No es apresurado admitir que la regulación contable debería estar complementada en su mayoría con base a teorías de investigación, puesto que desde sus principios la parte teórica ha sido fundamento clave para apoyar el positivismo y el normativismo también. La realización de principios no ocupa un lugar relevante, cuando se desarrollan sin tener en cuenta la realidad del entorno.
En esta trayectoria es indispensable encontrar un punto de equilibrio en las normas contables, el cual esta constituido por elementos de control social con la suficiente fuerza para mantener activa una regla más allá de las circunstancias que pudieran determinar su vigencia llegando a ser un estándar simbólico.[2]

Positivismo Vs. Normativismo

La tarea del contador desde el enfoque positivista, esta enmarcada al registro de los hechos económicos y la elaboración de los estados financieros según los parámetros preestablecidos, razón por la cual no se incluye la parte critica ni de raciocinio del profesional, puesto que su postura esta ligada a las leyes o reglas que se han impuesto.
Los contables no deben cerrar los ojos a la investigación, ya que ésta más que limitarse a la observación de los hechos que se pueden probar, abre la posibilidad de encontrar nuevos paradigmas que pueden cambiar el futuro de la ciencia contable.
En la actualidad es importante resaltar el papel de la contabilidad social, ya que esta es un claro ejemplo de normativismo, el cual permite registrar el impacto social, a través de la emisión de juicios de valor, los que permiten determinar lo que podría ser o no; mientras que en el positivismo, la contabilidad tradicional se encuentra limitada a un proceso mecánico preestablecido, que conduce a plasmar en un papel cifras frías, las cuales en la mayoría de los casos, son interpretadas por profesionales diferentes a los contables.
La tendencia fundamental de la contaduría es la investigación empírica, por lo que ha sido considerada como un nuevo enfoque positivo, pues se estiman insuficientes los modelos normativos, siempre apoyando a la regulación contable en sus implicaciones empíricas.[3]
El carácter normativo de la regulación y el desarrollo de hipótesis a objetivos específicos son puntos básicos en los que la teoría contable, explícitamente tratada, juega un papel básico e importante.
Según Kelly Newton, difícilmente podrá construirse una teoría normativa, sin el conocimiento positivo del ámbito en que aquella se desenvuelve, (Tua, 1983, p. 890)
Conclusiones
El enfoque positivista tiene que ver con lo que es, era o será[4], en tanto que el normativista es más flexible, al admitir lo que debería ser o no, lo bueno o malo, de acuerdo al entorno social, económico o cultural en que se desarrolle el sistema contable.
Los actuales estudiantes deben tomar conciencia de la formación que han recibido, y llegar a tomar las medidas para cambiar ese pensamiento positivista que hasta ahora han tenido; no debe negarse la posibilidad de emitir juicios de valor, hay que ser mas atrevidos al manifestar esas concepciones, y mas cuando del campo profesional se trata, no se puede seguir dejando que profesionales de otras áreas sigan tomando las decisiones que son competencia de los contables, además porque quien mejor interpreta los registros, estados o balances es la persona que los realiza, porque tiene el conocimiento, y quien tiene el conocimiento tiene el poder.

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